
Estilo de vida
DIABETES EN DEPORTISTAS
DIABETES Y DEPORTE

Se ha relacionado que las personas con DM1 que realizan actividades físicas de forma habitual con una intensidad moderada o alta, muestran un menor riesgo de aparición de complicaciones futuras de la enfermedad como son la nefropatía o la retinopatía. Por otra parte, puede aumentar la aparición de hipoglucemias, pero con las medidas adecuadas los beneficios son muy superiores a los riesgos.
Uno de los aspectos básicos para poder adaptar de forma correcta el tratamiento, es conocer más sobre cómo afecta cada tipo de actividad física a los niveles de glucemia. De forma general:
Los ejercicios anaeróbicos o de fuerza suelen incrementar la glucemia, sobre todo cuando la intensidad es muy alta,
Los aeróbicos (correr, nadar, ciclismo, entre otros) tienden a producir una disminución de la glucemia (a mayor duración, mayor efecto hipoglucemiante).
También existen ejercicios de carácter mixto (deportes de raqueta o de equipo como fútbol o baloncesto), que tienen una mayor variabilidad en cuanto a la respuesta glucémica, pues combinan los dos tipos mencionados anteriormente.
Algunos deportistas con Diabetes tipo 1
Gary Hall Jr: Natación
Nacho Fernández: Fútbol
Lauren Cox: Baloncesto
Linda Carrier: Atletismo- Maratón
María Ignacia Montt: Atletismo

CÓMO AFECTA A UN DEPORTISTA
Algunos niños o adolescentes se ven obligados a abandonar su deporte favorito porque no son capaces de regular sus niveles de glucemia cuando realizan ejercicio.
Uno de los motivos principales de esta decisión es la aparición de hiperglucemias, pero sobre todo de hipoglucemias. Esto sucede en gran parte porque no se aplican las medidas pertinentes, como pueden ser: modificar las dosis de insulina o incrementar la ingesta de hidratos de carbono, lo que podría reducir la aparición de estos episodios.
La intensidad es uno de los factores relevantes en la respuesta glucémica, a mayor intensidad, mayor es la cantidad de glucosa consumida. Además, al llevar a cabo una actividad de alta intensidad, el gasto de energía aumenta de forma importante, lo cual ocasiona que se active la producción de una serie de hormonas llamadas "contrarreguladoras" (glucagón, cortisol, catecolaminas...), que actúan sobre el hígado haciendo que libere la glucosa que almacena en su interior y comience a producir más cantidad. Por lo que, la elevada intensidad de ciertos ejercicios (de fuerza o anaeróbicos) activa los mecanismos compensatorios del organismo aumentando la glucosa en sangre a través de la participación del hígado, provocando así la aparición de hiperglucemias (al ser prácticas de corta duración, los músculos no consumen toda esta glucosa). Otro factor determinante es la duración del ejercicio, a mayor duración, mayor es la cantidad total de glucosa consumida (se estima que pasados los 60-90 minutos existe mayor probabilidad de hipoglucemias, ya que, a los 60 minutos de actividad se van agotando tanto las reservas de glucógeno de los músculos, como del hígado) y, por último, tenemos la frecuencia con la que se realiza el ejercicio.
Una vez explicado cómo afectan los diferentes tipos de ejercicios a la respuesta glucémica del paciente, es fundamental conocer cómo funciona el mecanismo que regula los niveles de glucemia durante el ejercicio en nuestro organismo. Para entenderlo mejor, empezaremos explicando cómo se desarrolla este proceso en una persona sin diabetes.
Al hacer ejercicio, la actividad muscular necesita utilizar grandes cantidades de glucosa. Para ello, existe el glucógeno muscular, que se encuentra en el interior de las células musculares, pero esta reserva de glucosa es muy pequeña y se consume pasados unos minutos de actividad. Para poder continuar con el ejercicio, se utiliza la glucosa que viaja por la sangre, la cual se capta y transporta al interior de las células.
Este proceso se lleva a cabo en el organismo gracias a la acción de la insulina, aunque hay ciertos mecanismos no muy bien conocidos, que permiten que una parte de la glucosa de la sangre, entre dentro de dichas células sin necesidad de que intervenga la insulina. De esta forma, el ejercicio consume una gran cantidad de glucosa, bajando los niveles de glucemia y llegando a producir incluso una hipoglucemia. Esto último raramente ocurre en un deportista sin diabetes, ya que, cuando el organismo detecta que se ha producido un aumento del consumo de glucosa, reacciona disminuyendo la producción de insulina. Sin embargo, a veces no es suficiente con la reducción de insulina, suele pasar en ejercicios de muy larga duración en los que el consumo de glucosa por parte de los músculos es muy elevado. Es entonces, cuando entra en acción el hígado, que tiene dos importantes funciones. Por una parte, permite generar glucosa a raíz de otras sustancias del organismo, conocida como glucogénesis y, por otra parte, es una reserva natural de glucosa (glucógeno hepático), la cual puede liberar en estos casos, donde a causa del ejercicio la glucemia empieza a disminuir.
Como podemos observar, se establece un equilibrio casi perfecto para estabilizar los niveles de glucosa en sangre gracias a los mecanismos de compensación que posee el organismo. No obstante, el deportista con diabetes debe tratar de imitar el funcionamiento del organismo en aquellas personas que no presentan dicha enfermedad, especialmente a través de la modificación de las unidades de insulina que actúan en el momento en que se lleva a cabo la actividad e incluyendo cantidades adicionales de hidratos de carbono, pues influirá de forma decisiva a la hora de evitar las hipoglucemias y en las tendencias glucémicas durante el deportes.