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CÓMO SE REGULA LA GLUCEMIA
¿Quién se encarga del control de la glucosa en sangre?
El control de la glucosa lo controla el páncreas con la segregación de diversas hormonas que son la insulina y el glucagón. Se trata de unas hormonas antagónicas, es decir, que hacen el efecto contrario.
La insulina se encarga de bajar los niveles de glucosa en sangre transportando esa glucosa a las células para que puedan obtener la energía necesaria para continuar con el funcionamiento vital. El glucagón hace lo contrario, este actúa cuando los niveles de glucosa en sangre son bajos, este va al hígado y revierte el glucógeno formado anteriormente por el exceso de glucosa y vuelve a ser liberado a la sangre.
1. ADAPTACIONES A UNA PERSONA CON DIABETES TIPO I.
Cuando una persona tiene diabetes mellitus 1 esto en su cuerpo no pasa, es decir, su páncreas no es capaz de segregar estas hormonas, haciendo que falle el funcionamiento y que no llegue glucosa las células quedando libremente en sangre y afectando a muchos de nuestros mecanismos.
Una persona con DM1 tiene que tener en cuenta diferentes factores a la hora de controlar su glucemia, ya que su organismo no es capaz de segregar las hormonas necesarias. Los diferentes factores se dividen entre la dieta y la insulina administrada. Un diabético tiene que tener en cuenta qué alimentos existen en su dieta y cuáles tienen un alto índice glucémico y una alta carga glucémica. Además que debe calcular las raciones que va a tomar para complementarlo con la insulina que debe inyectarse.
1.1.Administración por pluma de insulina.
La administración por pluma es un poco más dependiente ya que cada vez que la persona tenga que comer debe contar las raciones, medirse la glucosa ya sea a través de la sangre o por un sensor y ajustar las unidades necesarias de insulina para administrar. La insulina según la persona puede tener más sensibilidad o menos, que quiere decir esto, que existen personas que la insulina le va hacer un efecto mayor que a otras a la hora de bajar los niveles de glucosa. Además de que existen dos tipos de insulina, con acción lenta y con acción rápida.
La insulina de acción lenta se absorbe lentamente, tiene un efecto pico mínimo, y un efecto de meseta estable que dura la mayor parte del día. Se usa para controlar el azúcar en sangre durante la noche, mientras se está en ayunas y entre comidas.
En cambio la insulina de acción rápida se absorbe rápidamente desde el tejido adiposo (subcutáneo) en la corriente sanguínea. Se usa para controlar el azúcar en sangre durante las comidas y aperitivos y para corregir los niveles altos de azúcar en sangre.
1.2.Administración por bomba.
la bomba es más precisa y mucho más independiente ya que la persona no debe pinchar cada vez que va a comer. Se integra por una bomba de insulina y un dispositivo de monitorización continua de glucosa en tiempo real que se comunican entre sí. Una bomba de insulina es un dispositivo (aproximadamente del tamaño de un teléfono inteligente) que imita algunas de las funciones de un páncreas sano. Es segura, discreta y fiable. Puede ponerse en los mismos lugares que las inyecciones. Es muy sencillo: la insulina se administra a través de un conducto muy fino. Está sincronizada con el sensor monitorizado las 24 horas del día para tener controlada la glucosa en cualquier momento. La persona responsable de la bomba debe de informarle en todo momento de las raciones que va a comer y el cómo le afectan los pequeños bolos de insulina que le va suministrando para poder adaptarse lo máximo posible al individuo. este funcionamiento debe de ir aprendiendo de forma progresiva y acompañado de un profesional.
DISPOSITIVOS
CUAL ES LA MEJOR OPCIÓN PARA UN DEPORTISTA?
A la hora de centrarnos en el deporte la bomba es la mejor opción, ya que tu le informas de todo lo que haces, por lo que si el individuo va a hacer deporte durante un tiempo determinado la bomba dejará de suministrar esos bolos de insulina y así evitar una hipoglucemia. Pero si carecemos de bomba el proceso correcto es que cada vez que se vaya a iniciar el deporte se tiene que mirar la glucosa y actuar de diferente forma según esté la glucemia.
2. QUÉ HAY QUE HACER A LA HORA DE EMPEZAR EL DEPORTE Y ACABARLO
Antes de iniciar el ejercicio físico es necesario conocer el valor de glucemia y el ejercicio físico que se vaya a realizar, pues ello determinará algunas acciones posteriores.
Para conocer el valor de glucemia existen controles de glucemias previos al ejercicio, cuyas conclusiones son:
Inferior a 100 mg/dl: se debe tomar un suplemento de unos 5-15 g de hidratos de carbono y retrasar el ejercicio 10-15 minutos.
Entre 100 y 250 mg/dl: iniciar el ejercicio con normalidad.
Superior a 250 mg/dl: comprobar niveles de cetonas en sangre u orina. Si son positivos, retrasar el ejercicio hasta que estén normalizados.
De manera más desarrollada y con soluciones ante dichas situaciones podemos encontrar la siguiente tabla:

También es necesario tener en cuenta el ejercicio físico que se vaya a realizar pues, en ejercicios de corta duración (menos de 45-60 minutos), el consumo de glucosa no es excesivo y se puede compensar fácilmente aportando hidratos de carbono (HC) extra al inicio de la actividad, debido a que los HC comienzan a aumentar los niveles de glucemia pasados 5-10 minutos. Sin embargo, en algunos deportes no podrás tomar avituallamiento mientras se practican, por tanto, requieren empezar el ejercicio con niveles superiores, alrededor de 150-180 mg/dl. Esto ocurre por ejemplo en una carrera de atletismo o un partido de fútbol.
La cantidad de HC extra que tengamos que aportar dependerá de cada persona y las condiciones del ejercicio (tipo, intensidad, duración…) y es aplicable a deportes o ejercicios aeróbicos y mixtos, pero no suele ser necesario para los anaeróbicos o de fuerza (considerados hiperglucemiantes).
En la siguiente tabla encontramos la información necesaria para conocer la cantidad de HC recomendados según la duración y la intensidad de cada actividad. Hay que tener en cuenta que se trata de una recomendación general, pues depende también de otros muchos factores, pero puede servir como orientación inicial.

No obstante, es aconsejable tomar HC de manera progresiva, a medida que realicemos la actividad, dado que tomar una excesiva cantidad de estos antes del ejercicio es una de las principales causas en la aparición de hiperglucemias con sensación de pesadez, sed y deshidratación.
Hemos hablado de aportar HC pero para ello debemos conocer que existen:
Alimentos con Índice glucémico(IG) moderado o bajo,lo que se traduce como un incremento lento de la glucemia. Que suelen ser los que se consumen de forma habitual.
Alimentos con IG alto lo que supone un incremento rápido de la glucemia, puede servirnos en situaciones como:
Antes de una competición o entrenamiento si la glucemia es inferior a 100-130 mg/dl
Durante el ejercicio para aportar glucosa con rapidez a la sangre y los músculos
Después del ejercicio si los valores se sitúan por debajo de los 100 mg/dl evitando así hipoglucemias en los minutos siguientes a la actividad.
Es por tanto que a la hora de elegir un alimento es importante tener claro la velocidad con la que incrementa la glucemia y la cantidad de HC que estás tomando. Las indicaciones varían según el momento, por ejemplo:
Antes del ejercicio se recomiendan HC con un IG moderado-bajo
Durante el ejercicio, moderado-alto
Después del ejercicio, moderado-alto en caso de una glucemia normal y moderado-bajo si la glucemia fuese elevada.
Con respecto a que hacer al terminar la práctica deportiva, debemos tener en cuenta que las reservas de glucosa en forma de glucógeno muscular y hepático están disminuidas, por lo que las comidas siguientes requieren especial atención, ya que, los HC que vamos a ingerir, pasarán a la sangre aumentando la glucemia de manera puntual, pero esta glucemia no se mantendrá elevada mucho tiempo, pues gran parte de esta viajará hasta el hígado y los músculos para ser almacenada de nuevo en forma de glucógeno y reponer las reservas del hígado previamente consumidas, lo que incrementa en gran medida el riesgo de hipoglucemias en las horas posteriores al ejercicio.
3. QUÉ ADAPTACIONES DEBEMOS HACER EN LA DIETA
A la hora de conocer las adaptaciones que deberemos realizar en la dieta de los deportistas con diabetes I, tendremos que tener en cuenta dos importantes factores: la intensidad y la duración del deporte.
El propósito de esto es evitar las subidas y bajadas de la glucemia que pudiesen provocar daños del organismo. Por tanto, es importante que tratemos de tener controlados los niveles de insulina del organismo, evitando hacer deporte cuando tenemos niveles alto de la misma, pues podemos provocarnos una hipoglucemia, al igual que realizarlo cuando tenemos sus niveles bajos, pues podríamos resultar en una hiperglucemia.
Como se ha explicado en los puntos anteriores, cuando hay una falta de insulina, se disminuye el uso de glucosa para obtener energía, tendiendo a usar grasas, las cuales liberan cuerpos acetónicos, pudiendo provocar un efecto de cetoacidosis. Cuando notamos síntomas que puedan significar que tenemos niveles excesivos de estos o una glucemia alta, se deberá realizar una prueba de cetona en sangre. Si antes del ejercicio los valores de dicha prueba son altos, deberá esperar a realizar el ejercicio a que los niveles se normalicen. Esto, se consigue aumentando la cantidad de insulina rápida y aumentando los HC. En la siguiente tabla se especifica los diferentes tipos de valores que podemos encontrar:

Si el ejercicio que procederemos a realizar es largo, se deberá aumentar la cantidad de insulina y de HC. Dicho aumento depende de la duración y de la intensidad. En el siguiente cuadro encontraremos los diferentes aumentos que deberemos realizar. Estos, son valores aproximados, pues deberíamos de tener en cuenta factores como la edad. Estos valores son los utilizados cuando no nos encontramos en una zona de máximo efecto de la insulina.

En cambio, si el ejercicio lo realizamos en una zona de máximo efecto de la insulina y ya no podemos reducir la dosis de la misma, pues ya nos la hemos puesto, tendremos que aumentar algo la cantidad de HC que muestra la tabla.
El tipo de HC que podemos consumir puede ser muy diverso. Por lo general, tendemos a utilizar aquellos que tengan un índice glucémico bajo / moderado. Aunque el consumo de los HC con un índice glucémico alto puede ser recomendable en las siguientes situaciones:
-Cuando antes de un entrenamiento la glucemia es menor a 100 mg/dl / 130 mg/dl.
-Durante el ejercicio para el consumo de glucosa con rapidez para que llegue a la sangre y músculos.
-Cuando tras el ejercicio los valores de glucemia son menores a 100 mg/dl.
Estos, deben consumirse de manera gradual. Pues si lo consumimos todo junto estaríamos aumentando el riesgo a sufrir una hiperglucemia.
Existen una gran variedad de maneras de consumir los HC durante el ejercicio, pudiendo elegir cada deportista el que prefiera y mejor le venga.

Además de, cómo cualquier persona con diabetes, es importante añadir el concepto de recena, una segunda pequeña cena que tiene como propósito evitar las hipoglucemias durante la noche.